"Sin visa ni pasaporte", gracias a un café.
Nunca me ha gustado la Coca Cola ni el café; yo sé, un bicho muy raro. Un novio que tuve me decía que yo iba a durar muchos años porque no tenía ningún vicio; a mis 37 años ·recién cumplidos· siguen sin gustarme y hasta ahora, a veces me levanto con dolor en las pantorrillas, tengo algunas canitas que voy disimulando y solo he sufrido de rinitis toda la vida; vaya uno a saber cuantos años duraré. Ojalá él tenga razón.
El 11 de agosto de este año, en las horas de la tarde, me dio por tomarme un café frío, no sé porque se me ocurrió esa grandiosa idea, pero sorbo a sorbo lo fui disfrutando como si me encantara y cayendo la noche, empecé disparada a tener miles de pensamientos (me trabé con el café mejor dicho). Es como si esa noche hubiera unido todos los puntos de mi vida, todo lo que he aprendido, todo lo que he hecho, y como dirían los “perros criollos”, me enredé!.
Sin visa ni pasaporte nació ese amanecer y… ¿ese nombre? Surge de una canción de "la bichota" Karol G con la que se burla mi esposo de mi lento, "fascinante" y tormentoso proceso de legalización en su país francés, pero que le da perfecto significado a lo que quiero hacer y lograr con este proyecto, marca, negocio o lo que la vida permita que pueda construir con él.
Para emigrar no siempre se necesita visa y no siempre requiere pasaporte; se necesitan ganas, valentía, convicción y dar un salto al vacío aún llenos de miedos y pocas certezas; emigrar no se limita a papeleos o reglas, seguramente son varios los trámites, pero es un proceso que se expande cuando tienes conocidos, amigos y “amigos de los amigos” que se han arriesgado, que te inspiran y mejor, si existe una red que te puede apoyar para transitar este sueño.
Por ahora quiero compartir mis historias de la mejor manera en que suelo contarlas; con altibajos, detalles, intrigas y emociones. Si llegaste hasta aquí, abróchate bien tu cinturón de seguridad, porque aunque habrá un poco de turbulencia, de este vuelo no te vas a querer bajar ✈️.