Un corazón lleno de ciudades y amigos.

A Nina (o Diani) la conocí en Argentina, compartimos momentos en repetidas ocasiones en Colombia y hace poco nos vimos en Italia. Ahora soy yo quien feliz la recibió con su esposo en mi hogar, en Francia.

Quizás la conozcas pues Diana Chica es una ilustradora de Medellín, como yo, que tiene toda mi admiración y como si el destino quisiera darnos más para seguir afianzando nuestra amistad, ahora vivimos en el viejo continente.

Al igual que yo el amor la tentó a atravesar el Atlántico y ella aceptó feliz y convencida de hacerlo; luego de una relación a distancia de 4 años entre mensajes, videollamadas, una pandemia y grandes dosis de paciencia y esperanza, empacó su vida en algunas maletas y arribó a Roma.

Pero tener aquí a Nina representa más, porque en la distancia, los amigos se vuelven familia; se vuelven conexión con tu país, con tu idioma, con tus historias y "chismes", con conversaciones profundas donde podemos apoyarnos mutuamente en este transitar por el proceso migratorio que trae tantas cosas en común.

Cuando íbamos a recogerlos al aeropuerto, me sentía feliz, ponía canciones en español y las cantaba a todo pulmón, mi esposo extrañado me miraba y se reía, y yo solo sentía que iba a recoger a mi familia. Mi gente.

Luego de un fin de semana maratónico donde pudimos llevarlos a conocer muchos lugares de donde vivimos, siento una recarga inmensa por varios meses más; las risas, los chistes, la complicidad de nuestros esposos que aun de culturas diferentes, se unieron gracias a estas dos paisas que migraron por ellos.

Gracias Nina, gracias Estefano, fue un placer tenerlos en nuestra casa. Ya veremos en qué lugar nos encontraremos de nuevo, donde seguramente construiremos una nueva historia ✈️ y tu amig@ que me lees, ¡Nos vemos el próximo viernes!